Una Vida Laborioso

30.06.2002 00:07

Su gran amor es la agricultura. Sin embargo, en Sensuntepeque se distinguió por ser, durante muchos años, un excelente sastre. Se trata del Sr. José Porfirio Portillo Juárez, nativo del cantón Santa Marta (Victoria). Hijo de don José María Portillo y su esposa Cruz Juárez. Don Porfirio relata que a Sensuntepeque llegó, con sus padres, a los 12 años de edad para estudiar. Así, recuerda que sus profesores en la Escuela “Sotero Laínez” fueron Adolfo González, Irma González, María Laínez y Marco Tulio Orellana. (en cuarto grado). Aquí sucedió algo que lo hizo retirarse a medio año y no regresó. Entonces ayudó a su padre en tareas agrícolas. Incluso, don Antonio Bolaños le enseñó el oficio de  la herrería. Con todo, su madrecita no estaba “a gusto”, y fue quien lo incentivó para que aprendiera sastrería. Así, entró como aprendiz donde don Beto Vaquerano quien le enseñó a confeccionar pantalones, camisas, chamarras, “jeans”, ropa femenina, etc. Pero sucedió que el inquieto Porfirio se fue, esta vez de la sastrería de don Beto para dedicarse unos 7 años a la agricultura: “Sembré maíz, frijol, arroz. Araba con bueyes. Incluso quise ser ganadero. Mas no progresaba, a pesar de que  trabajaba durísimo”, rememora este caballero de aspecto serio, pero de gran amabilidad y educación. Después de un viaje que lo llevó a Honduras (Tela), retornó a Sensuntepeque para incorporarse a la sastrería de don Chente Benítez.  Y de aquí pasó a comenzar con un taller propio en el mercado municipal. Con el tiempo, frente al mercado abrió un bazar en el que, además de hacer todo tipo de vestimentas, vendía telas de gran calidad, y luego, pasó a  otro bonito local. Así, corrieron 37 años en los que don Porfirio fue el sastre de muchas personas. Entre sus clientes recuerda a don Cruz Moreno, Prof. Alfredo Corpeño, Prof. Alcides Alfaro, Prof. Rafael Pineda, etc. Actualmente, don Porfirio se dedica a los bienes y raíces, además de que atiende el Hospedaje “Cabañas”. Uno de sus lemas en la vida es: “Siempre tratemos de hacer nuestras labores lo mejor que se pueda, con todo el gusto posible”. De su vida, don Porfirio dice sentirse satisfecho, pues la sastrería le dejó buenos recuerdos (se retiró por motivos de salud). Este hombre, no obstante, continúa con sus sueños de hacer cosas positivas que contribuyan al progreso de Sensuntepeque.